Tras la batalla de Alarcos, en 1195, se perdió frente al empuje bereber, como toda la región manchega y buena parte de la transierra castellana. Pero en 1212 la recuperó Alfonso VIIItras la batalla de las Navas de Tolosa. Debió ocuparse concretamente en 1213, tras la toma de Eznavexore.
Alfonso VIII entregó, el 3 de junio de 1214, esta fortaleza a la Orden Militar de Santiago, posesión confirmada en 1223 por una bula papal. El alfoz se fue reduciendo posteriormente, y así una buena parte del alfoz de Alhambra pasó a poder de la Orden de Calatrava y otra a la de San Juan. Tras aquella partición y el debilitamiento consiguiente del territorio aforado de Alhambra, perdió importancia estratégica en beneficio de otros entornos y fortalezas, iniciando su progresiva ruina.